No es pecado hacer ninguna de las dos cosas. Me atrevo a decir que lo más acertado es hacerlo con los dos objetivos.
Cada uno tiene su momento. Recuerdo mis comienzo, todo era ilusión, el dinero no era ninguna barrera. También recuerdo como cuando surgía este tema en las conversaciones de la barra del bar mi mentalidad era exclusivamente la de un programador cuyo único objetivo era aprender, programar y hacer cada día un programa mejor. Con el paso de los años la situación social va cambiando y el dinero acaba convirtiéndose, desgraciadamente en un objetivo. Pero no tiene por qué ser el único objetivo, puede combinarse perfectamente con el de disfrutar mientras programas.
Como se suele decir, trabajar en algo que te gusta en muchas ocasiones no se considera ni trabajo, y encima te pagan. Yo no me arrepiento, en absoluto, ni de lo que pensaba antes, ni de lo que pienso ahora. Por eso entiendo lo que pueden pensar muchos programadores que hoy en día combinan horas de programación remuneradas con otras de ocio. Hay muchos programadores con este perfil que están colaborando en proyectos de software libre.
Onasis dice
Interesante reflexión.