¿Crisis?
Sí, o mejor dicho SÍ.
Desde 2008 estamos inmersos en una gran crisis que en realidad es la suma de múltiples crisis. Al principio se comentaba que era una crisis financiera, luego derivó en una crisis económica, llego el turno de la crisis laboral, y la situación poco a poco nos ha ido desvelando otras crisis existentes que pasaban desapercibidas por la bonanza económica que lo tapa todo. Finalmente hemos llegado a ver con claridad la crisis política y la crisis de valores que nos azota desde hace tiempo pero que ahora comenzamos a sentir en su verdadera magnitud.
¿En manos de quién estamos?
Realmente, la pregunta no me gusta, y la reformulo, ¿Puedo controlar en manos de quién estoy? ¿Puedo decidir quien dirige mi vida social, política, laboral, económica?
Desgraciadamente creo que la respuesta que todos conocemos es NO.
Como individuo soy manejable desde los múltiples canales que controlan la información que recibo: radio, prensa, televisión, gobierno nacional, regional y local. ¿Internet? Nos guste o no Internet es el medio que actualmente nos permite mayor libertad de elección pero la gran red está «gestionada» por las grandes empresas líderes: Apple, Microsoft, Google, Facebook, Twitter y los gobiernos de cada país y sus medios de comunicación que también están presentes en Internet. Lo que más me entristece es ver como diferentes grupos de poder político tratan de adueñarse y aprovecharse de los medios sociales para conseguir su fin, que no es otro que perpetuarse en el poder. ¿Acaso los líderes de opinión no realizan una acción de liderazgo hacia sus lectores? Entonces me surgen multitud de preguntas:
¿Quién dirige o controla a los líderes de opinión?
¿Qué valores mueven a las grandes empresas que monopolizan Internet?
¿Qué objetivos persiguen los gobiernos al tratar de controlar Internet al igual que ya lo hacen con los medios tradicionales?
¿Quién controla a los gobiernos durante los años de mandato?
¿Qué porcentaje de los votos en unas elecciones está tristemente fijado de antemano?
¿Qué podemos esperar de la clase política actual con sus niveles de preparación?
¿Existen diferencias reales entre los partidos políticos mayoritarios y los minoritarios?
¿Dónde están marcadas las líneas que deberían separar los tres poderes de un estado democrático como en teoría es España?
¿Por qué existen trabajadores de primera con trabajos y sueldos blindados mientras otros viven con la incertidumbre del paro o por qué a un grupo se les congela o reduce el sueldo y esa medida no se toma globalmente para todos?
Si queremos políticos justos y legales ¿Por qué no empezamos cada uno de nosotros por ser justos y legales a la hora de votar y lo hacemos en base a lo mejor para nuestro país y para sus ciudadanos? ¿Por qué seguimos votando en base a los colores del partido que me gusta aunque sepa que lo está haciendo o lo hará rematadamente mal y que sus dirigentes no se merecen estar donde están?
Creo que podría seguir formulando preguntas hasta escribir un ensayo de preguntas sin respuesta. Pero lo dejaré en este punto para comenzar a contar lo que verdaderamente creo que puedo hacer yo para mejorar mi presente, mi futuro y el presente y futuro de todos los que me rodean, sin poner fronteras a las ideas.
Lo primero que debo tener claro es algo que en principio cuesta asumir. YO SOY EL PRIMER RESPONSABLE DE LO QUE ESTÁ PASANDO.
Soy el responsable de lo que hago con mi voto. Hace 4 años pude votar a otro partido político en las generales, también en las autonómicas y en mi ayuntamiento, pude salir a la calle y alzar mi voz para expresar mi opinión y que todos las conociesen.
Soy responsable por admitir que los políticos hayan malgastado el dinero público sin control.
Soy el responsable de mi productividad que repercute directamente en la productividad de mi empresa, que a su vez repercute directamente en la productividad del país. Ya está bien de esperar que otros resuelvan mis problemas, ya está bien de quejarme de que las cosas van mal cuando yo soy el primero que no busco la excelencia en mi trabajo. Basta ya de decir que para lo que me pagan no merecen que trabaje más o mejor, hay que abrir lo ojos y ver que nos estamos perjudicando a nosotros mismos en primer lugar y a todos en general. Si no queremos paro debemos aumir y alegrarnos de que las empresas ganen dinero.
Soy responsable de aceptar que el nivel del paro haya superado el 20% en España sin hacer nada.
Soy responsable de dejarme dirigir por las televisiones, radios, prensa, webs y blogs partidistas que siempre presentan un punto de vista filtrado.
Soy el responsable de los créditos que pido y también del consumo sin control, de la mala educación que en muchos aspectos básicos damos a nuestros hijos.
Soy responsable de lo que hago y de lo que acepto sin quejas. Quejarse puede ser una actitud positiva si persigue la mejora de cualquier sistema.
Soy el responsable de lo que publico en las redes sociales y, mucho más importante, soy el responsable de lo que omito y no publico.
Soy el responsable de perseguir un nivel de vida aceptando lo que ocurre en otras partes del mundo. Soy un hipócrita al quejarme de nuestra situación cerrando los ojos a lo que vemos en otros continentes y países. Debería estar feliz de vivir donde vivo aunque estemos en crisis y debería darme vergüenza ver como no se oyen quejas de las millones de personas que se mueren de hambre. ¿Cómo puede ser más importante una noticia sobre la muerte de una persona en accidente de tráfico que la muerte de 29.000 niños menores de 5 años en Somalia? ¿Qué nos está pasando? ¿En qué sociedad vivimos y qué sociedad vamos a dejar a nuestros hijos?
Por lo tanto no puedo eludir la responsabilidad implícita en todo lo anterior y debo actuar. Debo ponerme a trabajar desde ya para cambiar esta situación a la que hemos llegado después de décadas de autoengaño y despilfarro.
Es necesario volver a recuperar los valores que nos hacen cada día más humanos. Cada vez somos menos violentos y debemos seguir mejorando, cada vez somos más productivos, pero no conseguimos que en muchas zonas del planeta se mueran millones de personas de hambre, cada vez estamos más informados pero seguimos cayendo en el constante pecado de causa y efecto. Repetimos una y otra vez nuestra forma de ser, de pensar y de actuar creyendo que lo hacemos mejor sin darnos cuenta de que una y otra vez volvemos a cometer los mismos errores hasta obtener el mismo resultado.
Las siguientes preguntas me sirven para reflexionar si realmente estoy implicado en lo que estoy expresando en este artículo:
¿Estás dispuesto a trabajar las mismas horas por menos dinero aunque haya egoístas que no estén dispuestos a hacerlo?
¿Estás dispuesto a consumir de forma controlada con el objetivo de aumentar el consumo en la economía que te rodea?
¿Estás dispuesto a ayudar a los países que necesitan tu dinero para sobrevivir superando la hambruna y las penurias en las que malviven?
¿Estás dispuesto a alzar tu voz con fuerza en todos los medios para denunciar todo lo que no facilite mejoras sociales, económicas y políticas?
¿Estás dispuesto a escuchar las opiniones de todos los que desean participar, promulguen las ideas que promulguen?
¿Estás dispuesto a luchar contra cualquier manifestación de violencia?
¿Estás dispuesto a sacrificarte para que tengamos todos un futuro más halagüeño?
¿Estás dispuesto a asumir que las empresas deben tener beneficios para garantizar el pleno empleo de sus trabajadores?
¿Estás dispuesto a emprender nuevos negocios?
¿Estás dispuesto a asumir que es labor de todos conseguir acabar con el paro, no sólo del gobierno y las empresas?
¿Estás dispuesto a decir NO a los movimientos que sólo persiguen enfrentamiento con otros grupos de poder?
¿Estás dispuesto a tratar de escuchar y analizar cualquier movimiento social para conocerlo hasta comprenderlo y poder decidir si lo aceptas o rechazas con argumentos?
No es nada fácil, requiere mucho esfuerzo y dedicación hasta convertirlo en hábito, lee estas preguntas dos veces, por favor:
¿Estás dispuesto a CAMBIAR?
¿Estás dispuesto a asumir que el cambio es RESPONSABILIDAD de TODOS?
Si todas las respuestas de reflexión y estas dos últimas las has contestado afirmativamente, te doy la bienvenida al grupo de «YO SOY RESPONSABLE DE TODO LO QUE ME SUCEDE«.
Y haciendo honor al título ha llegado el momento de actuar. Es fácil pensar ¿Qué puedo hacer yo? Seguro que no sirve de nada lo que pueda hacer yo a título personal.
No estoy de acuerdo, creo que es precisamente las acciones y actitudes de cada individuo las que influyen en las personas de su entorno y que pueden hacer que lo individual se vuelva social, por ese motivo creo que todos podemos ponernos en marcha. Sin prisas y mejorando cada día un poco.
1º) Debemos poner de nuestra parte, ser capaces a renunciar a parte de nuestro bienestar social a cambio de un futuro mejor para todos. Ha llegado el momento de ser generosos y admitir que debemos apretarnos el cinturón. Si todos ponemos un poco de nuestra parte será más sencillo poner en marcha medidas dolorosas en el presente que nos permitirán mirar al futuro con ilusión y tratar de ayudar no sólo a los que viven en tu país, vivimos en un mundo global y necesitamos pensar y actuar globalmente.
2º) Cuando escuches un mensaje negativo expresa tu rechazo. Piensa en positivo y repite una y otra vez “Entre todos podemos conseguirlo”. Debemos dar pasos hacia adelante aunque sean pequeños, siempre avanzando.
3º) Las diferencias nos debilitan y lo que tenemos en común nos fortalece. No excluyas a nadie, da igual su edad, sexo, raza, religión o cultura. Quédate sólo con lo que nos une y refuérzalo en tus mensajes. Verás que cada persona que conoces puede ser un amigo y un aliado en esta cruzada.
4º) Escucha todas las ideas y expresa las tuyas, siempre con buen tono. Recuerda que tenemos dos orejas y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos. Lo importante al final es aceptar la idea mayoritaria, aunque no sea la tuya, y defenderla porque la haces tuya.
5º) Utiliza todos los medios a tu alcance para hablar de este tema. Todos somos seres “políticos” y entre todos hacemos “política”. Dialoga en tus círculos de amistad, familia y compañeros de trabajo o estudio. Utiliza los medios digitales como el Blog, Twitter, Facebook, Google+, Tuenti, etc.
¿Qué opinas? ¿Te sientes identificado?
Muchas Gracias, me gustaría conocer tu opinión.
Alfredo dice
Gran artículo.
Es evidente que vivimos una crisis de valores. Uno de los valores que más hecho de menos es la falta de auto-crítica. La culpa es del otro, de aquél bando, nunca es mía.
Claro, la auto-crítica es un valor que implica necesariamente otros igual de importantes: espíritu crítico, capacidad de discernimiento -por medio del cual percibimos y declaramos la diferencia que existe entre varias cosas-, saber perdonar, saber pedir perdón, abstracción, reflexión, contemplación, sinceridad, libertad, independencia y un largo, etc.
Son tiempos duros para los que ponemos la libertad por encima de cualquier otro valor individual. Lo que hago yo con mi libertad es responsabilidad exclusivamente mía. Resulta muy cómodo apoltronarse en el colectivismo, en el pensamiento único, en la dictadura de la mayoría y todos lo hacemos en mayor o menor medida. Pero desaprender lo aprendido es lo que nos hace únicos como seres humanos y es mi responsabilidad mirar hacia dentro y hacer auto-crítica.
Gracias Jesús.
jarboleya dice
Gracias Fred.
Me alegra que una persona crítica y responsable como tú aporte su opinión.
Un abrazo, amigo.