Es necesario crear un clima de confianza para que los empleados se sientan a gusto proponiendo nuevas ideas por absurdas que parezcan, en las que se sientan capaces de saltarse nuestro característico sentido del ridículo. Quizá sea necesario propiciar un clima en el que el jucio y la crítica no tengan cabida, dejando espacio a una tormenta de ideas disparatadas y arriesgadas, seguramente el origen de las grandes innovaciones.
Como sugieren Helena López-Casares y Guillermo Barral (1), lo esencial es darse cuenta de que dentro de la empresa todo tiene una capacidad limitada, a priori, excepto el potencial creativo de los empleados.
Texto extraído del libro Feng Shui en la empresa de Maru Canales
(1) Empresas redondas con sabor a fresa, Helena López-Casares y Guillermo Barral, Aecop.
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